martes, 27 de noviembre de 2012

Ausencias en visita

Clara, contrariada, no lograba abrazar la triste despedida. Hermoso es el silencio que no es de resignación. Hiriente, doliente, en cambio, ese acallarse sin aviso ni permiso, ese terrible desaparecer que borró huella y canto.
Clara, de regreso, cruzó el umbral con flores en mano, que se miraron con las nacientes en su ausencia. La rosa y la enamorada del muro, la glicina, la lavanda y el jazmín del cielo recibieron visitas: hortensia y magnolia fueron bienllegadas.
La promesa de libertad no había querido enjaular al pájaro y él parecía hijo del adiós eterno.
Noviembre hizo fiesta de flores y el pájaro oliendo aromas no resistió.
Los amores sinceros, las amistades profundas, de alguna manera siempre vuelven, aunque los meses le hayan hecho parir soledad y desconsuelo.
Costará despedir este noviembre florecido. ¡Los isondúes siguen encendidos!

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