martes, 19 de junio de 2012

Cortasueños en combate

Los cortasueños enfilan en combate y lanzan plan de desconfianza. Añá los manda con órdenes expresas y los amenaza de muerte si vuelven con las manos vacías. Los cortasueños llegan a destino y se lanzan a hablar:
-No los sueñes, que te dañan.
-No los abraces, que te empuñan por la espalda.
-No los ames, que te engañan.
-No los cuentes.
-No los cantes.
-No los felicites.
-No los vivas
-No los quieras

Y los sueños en motín se preguntan qué hacen por acá los cortasueños y a qué han venido, si no es a amar. Se organiza el motín y, en acuerdo, resuelven sacar a patadas a todos y cada soldado de Añá.
-Aquí no tienen permiso, señaló el vocero. Aquí no tiene permiso el que no deja amar, el que no deja cantar, el que no deja soñar.

sábado, 16 de junio de 2012

Motín de sueños

Como niños esperando timbre de recreo, los sueños expectantes miran la puerta que los asoma al más allá, a ese futuro que es puro juego y canción. Hace tiempo que los sueños aguardan y escuchan "esperá un porquito", "más adelante" y "olvidate, ya está"
Clara cuenta que días atrás vio un puñado de sueños amotinados, dispuestos a huelga de hambre si es necesario, con tal de ser soñados. Y en motín, enseguida surgieron los roles:
-De acá no nos movemos  -anunció el vocero de los sueños.
-Este día consta en acta -dijo el secretario de los sueños.
-Yo armo el mate y preparo la guitarra -expresó ese sueño que hace mucho que no hablaba.
Otro sueño, que siempre se creyó filósofo, alzó la voz:
-La vida es movimiento. El movimiento va marcando el paso y la manera de pisar.
No faltó el sueño hippie y ciclista:
-Giraré, giraré tanto los pedales, tanto, tanto, que llegaré a volar.
Y ahí van, los amotinados sueños, con mate y cuento, pedal y canto, queriendo ser soñados, bailando hasta madrugar.

lunes, 11 de junio de 2012

Fragmentos que tiñen los pies

Historias de "érase una vez" nacen para libros de cuento y a veces quedan sólo allí. De cuando en cuando, algunos fragmentos se escapan y tiñen rincones de historias de pies caminantes.
Cuentan los isondúes que la tintura se expande más en los pies que ya estaban acostumbrados a caminar y desparrama su color de punta a taco.
En asomo, ese color huele mal los primeros días. ¡Y no combina ni con blanco! Pasan los días y el tiempo sorprende vista y olfato. Y los pies sienten nuevos movimientos poblados de sueños. Entonces los isondúes aprovechan que Añá está distraído y se reúnen para celebrar. Beben en copa la tintura de los pies, que ya no huele mal... que ya combina con su luz.