martes, 16 de noviembre de 2010

Los desperdigados del andar

Ánika sufre la lejanía de sus amigos y de sus amigas. Ellos y ellas están desperdigados por todo el mundo y no hay siquiera una posibilidad de reunirlos a todos un mismo día.
Ánika sufre pero no se entristece. ¡Está llamada a desperdigarse, a ser como ellos y a mirar, noche a noche, esa luna que los une, abraza y acaricia.
Algunos días, los que están menos lejos planean con Ánika secuestrarse mutuamente e ir a la casa del que más lejos está.
La idea se les ocurre a menudo, noche a noche, para imitar a esa luna. Cada tanto les sale.

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