domingo, 12 de diciembre de 2010

También nosotros decimos no

Me peleo. Me reencuentro. Me freno y me acelero a la vez. Dudo de lo que todos dicen y de lugares comunes como "seguro que detrás de esto está el gobierno tratando de sacar partida" o "los políticos son todos ladrones". Cíclicamente cuando el nudo no está en la garganta está en el estómago. Siempre que hablamos de política en la mesa, en las mateadas y en las redes sociales termino en la trinchera del disenso junto a pocos, dando respuestas con las armas de la palabra, que tras la lucha reverdecen.
Hoy terminamos hablando de dibujos animados y de series televisivas de la infancia. Pienso cuántas de ellas nunca más volvería a ver. Su trasfondo sociopolítico que enseña el egoísmo, la acumulación de dinero y un EE.UU. que como guardián del mundo destruye al socialista y a todo lo que suene a reforma agraria, distribución de las riquezas y espíritu de comunidad me prohiben verlos.
Cuando digo eso alguien me dice:
-Hemos perdido la inocencia.
¿La habremos perdido cuando al odio dijimos "no"? Y si la estamos perdiendo, ¿será tal vez para que la ganen otros pequeños del futuro mundo?

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