lunes, 27 de septiembre de 2010

¡Muéstrales!

El Amado de momentos me desconcierta tanto como cuanto me sorprende. En el cotidiano encuentro con jóvenes, las ganas que ellos tienen de entregarse plenamente a su Voluntad generan en mi enorme admiración.
¡Desearía tener y haber tenido tantas ganas de amar como la de ellos! ¡Quisiera tener un poquito de su ternura y su pasión por el Amor!
Y, sin embargo, a veces las enormes ganas no encuentran los caminos para la entrega. Dicen que sólo entregarse quieren... y lo sé.
Pero el Amado no se muestra del todo y ahí los tiene... sin saber qué pasos dar. Y ahí me tiene, sin saber cómo acompañar.

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