5 de septiembre
Tras la muerte de Juli miro la vida dudando del segundo siguiente, aunque sin pensar mucho en esa duda. No me aflije el viaje sin retorno, ese nuevo probable que siempre estuvo pero no se había asomado.
Mientras salía hacia Capilla del Monte saludé a Gabriel dándole todas mis contraseñas de Ayni, dejé un abrazo en el pizarrón a los chicos y un “donde se esconde el sol” en mis espacios de internet.
No quiero irme de este mundo que instante tras instante me sonríe y abraza. Y sin embargo, tengo la mochila lista para el día que se anuncie vuelo. He sido tan feliz que nada puedo seguir pidiendo.
Mientras canten cuando se junten el día del viaje no olviden las de Silvio, las de Teresa, las de Pedro y de Filio, algunas de Baglieto, de la negra querida, de Ismael y por qué no “Si me voy antes que vos” de Arbolito.
Mientras canten, mientras rían, que no falten la bici, la compu, los mates, los libros de Galeano y de la viejita de Calcuta. Sentaditos al lado suyo, acostaditos al lado mio... “dejen la vida volar”
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