21 de diciembre
Cuando el fuerte viento viene todo pareciera temblar en mi corazón. Siento que tengo que partir con él, como hoja seca pronta a volar. No logro saber por qué o qué historia de mis antepasados contiene la partida tras el viento. Hoy un sufrido andar de otro va y viene por mi corazón, sin abandonarlo al sueño. Tras la noticia el viento comenzó a soplar y no para. No para. No para. ¿Qué quieres, buen Dios? ¿A dónde debo partir tras este nuevo envión? ¿Qué cuentas, mientras cuenta el viento su canción?
recortes de intimidad, pinceladas de extimidad, rejuntes de asombros, secretos a voces y sueños inconclusos entre días de amor y de color.
jueves, 22 de diciembre de 2011
miércoles, 7 de diciembre de 2011
Cambiar de bici... cambiar de casa
Despedir a Pillku me robó unas cuantas lágrimas y un largo rato de mirada nostálgica por la ventanilla del colectivo. Había terminado de reparar esa abandonada bicicleta en un silencioso pero constante trabajo artesanal. Entretanto recordaba mucho el cariño puesto en mi adolescencia sobre la casa abandonada que compramos con mi familia allá por 1993.
No era perfecta ni pretendía serlo, pero ya estaba lista para ser habitada, con la regulación justa para sentarme, pedalear y amar.
La había bautizado Pillku, amante de la libertad. Y se fue. De aquel poste, aquella tarde, en aquella ciudad, ella partió. Sólo deseo que hoy esté gozando de su misión: amar la libertad y ayudar a ver el mundo con ojos de sencillez.
De este lado, yo, en cambio, volviendo a empezar. Cambiar de bici, para los que habitamos en ella, es como cambiar de casa: elegirla, repararla, distribuirse en ella, descansar en ella y soñar que la mirada desde esa alcantarilla envuelva un mayor cariño a lxs hermanxs del andar.
No era perfecta ni pretendía serlo, pero ya estaba lista para ser habitada, con la regulación justa para sentarme, pedalear y amar.
La había bautizado Pillku, amante de la libertad. Y se fue. De aquel poste, aquella tarde, en aquella ciudad, ella partió. Sólo deseo que hoy esté gozando de su misión: amar la libertad y ayudar a ver el mundo con ojos de sencillez.
De este lado, yo, en cambio, volviendo a empezar. Cambiar de bici, para los que habitamos en ella, es como cambiar de casa: elegirla, repararla, distribuirse en ella, descansar en ella y soñar que la mirada desde esa alcantarilla envuelva un mayor cariño a lxs hermanxs del andar.
domingo, 4 de diciembre de 2011
Lxs amigxs heredadxs
A ella, la "heredadora", a quien más amigxs le debo
Paso y repaso las fotos de los amigoandantes de las pisadas por el mundo. ¿De dónde me vino este amigo? ¿Cómo conocí a esta amiga? ¿Cómo ellos y ellas llegaron a ser mi respirar? ¿Qué astros se cruzaron para que lleguemos a amarnos tanto?
La genealogía de los amigos que hoy son para mi la vida comulga casi siempre con una misma sangre: el mapa de mis amigos es el mapa de los amigos heredados. Heredé a Juli de Ánika, a Ánika de Clara, a Clara de Santi y a Santi de Fran... a Fran de... y de...a...
Se asoma esta mañana y yo junto al jazmín. Y también junto a él , los amigos heredados. Y los que cuentan la buena noticia que es la vida dejando amigos como herencia: los "heredadores".
Junto al jazmín, los contemplo como tierra santa: son la luz y traen la luz, son el abrazo y enseñan el abrazo, son la vida y presentan a quienes son mi vida.
Jazmín que renueva
De este lado del mundo, los noviembres y diciembres a veces no se viven, se arrastran. La pesada carga del cansancio anuncia dificultades respiratorias en este respirar de la vida.
Pero en noviembre y diciembre... por algo debe ser... florece el jazmín. Santi peregrina cada mañana a él para respirar el olor de su flor y ese aroma purifica el aire cansado del corazón. El jazmín aliviana la carga, da brillo a la mirada y empuja, empuja con fuerza hasta expulsar la pesadumbre y la tristeza malparida.
Pero en noviembre y diciembre... por algo debe ser... florece el jazmín. Santi peregrina cada mañana a él para respirar el olor de su flor y ese aroma purifica el aire cansado del corazón. El jazmín aliviana la carga, da brillo a la mirada y empuja, empuja con fuerza hasta expulsar la pesadumbre y la tristeza malparida.
miércoles, 23 de noviembre de 2011
Respetando distancias
Poco a poco, paso a paso, Clara va creciendo. La enamorada sin límites, que expresa sentimientos en el mismo momento que nacen, aprende a retener palabras para que el decir no quiera. Algunas veces también tiene que retener encuentros, aún sabiendo de las posibilidades de que coincidan los ratitos.
Clara no quiere ocultar sinceridad sino respetar distancias.
Ellas y ellos, que se han alejado unos metros, necesitan escuchar silencios y releer aconteceres sin su presencia.
Clara los mira, a lo lejos, callada, respetuosa, sufriendo y amando, con dulzura distante, las distancias que necestian y la paz que un día van a recuperar.
Clara no quiere ocultar sinceridad sino respetar distancias.
Ellas y ellos, que se han alejado unos metros, necesitan escuchar silencios y releer aconteceres sin su presencia.
Clara los mira, a lo lejos, callada, respetuosa, sufriendo y amando, con dulzura distante, las distancias que necestian y la paz que un día van a recuperar.
sábado, 19 de noviembre de 2011
El aliento de la esperanza
¿Y si detrás de la última respiración no hubiera nada? ¿Si ese día, sentado en la última estación, esperando el último tren, fuera un día interminable, una espera vana? ¿Y si la puerta de salida estuviera asomada al precipicio? ¿Tendría sentido este andar? ¿Tendría sentido cumplir algo, levantarse para algo, planificar ago, asentar el pie para algo?
Crecemos plagados de injusticias de las que somos víctimas, parte y cómplices. Crecemos poblados de diarias muertes que no podemos mirar cara a cara ni dos segundos sin llorar.
Crecemos pisando brotes, olvidando amores, negando miedos y cortando alas. ¿Tiene sentido este andar?
¿Qué mágico polvo tiene la esperanza, ese diminuto rincón que transforma casimuertes en huellas del andar? ¿Qué tiene? ¿Qué tiene la esperanza, que pone al hombro los dolores y los sinsentidos y ahí va, tercamente, eligiendo la vida?
Tiene marcas, la esperanza, de amores nunca idos, de pasiones abrazadas, de paisajes sellados en la retina y de paz cantada. Con esos poquitos va... y va... y va.
Crecemos plagados de injusticias de las que somos víctimas, parte y cómplices. Crecemos poblados de diarias muertes que no podemos mirar cara a cara ni dos segundos sin llorar.
Crecemos pisando brotes, olvidando amores, negando miedos y cortando alas. ¿Tiene sentido este andar?
¿Qué mágico polvo tiene la esperanza, ese diminuto rincón que transforma casimuertes en huellas del andar? ¿Qué tiene? ¿Qué tiene la esperanza, que pone al hombro los dolores y los sinsentidos y ahí va, tercamente, eligiendo la vida?
Tiene marcas, la esperanza, de amores nunca idos, de pasiones abrazadas, de paisajes sellados en la retina y de paz cantada. Con esos poquitos va... y va... y va.
sábado, 12 de noviembre de 2011
Celebración de los últimos
Prepara la agenda ese adiós al tiempo que fue y quedó atrás.
En pocos días termino de cursar en la facultad. Un cóctel de cansancio, esperanza de lo que vendrá, incertidumbre y amigos del andar en tiempos de estudio se alista para ser bebido y me hace vivir los últimos días como celebración de los últimos: el último día que curso esta materia, el último parcial, el último día de clases, el último mate en el aula y el último día que entro por esa puerta.
Y también, las últimas palabras de este profe que se juega por lo que enseña, las últimas aceptaciones de los sinsentidos de otros profes y las últimas juntadas para estudiar.
Va este corazón con la misma certeza de lo que cantaba Juli:
"Ya sé mirar el río por donde la vida pasa
sin precipitarme ni perder el tiempo
Escucho en el silencio que hay en mí y basta
Otro tiempo comenzó para mí ahora"
...y en el cariño anticipado a lo que vendrá deseo que la última respiración, antes de la muerte, sea en nombre de la coherencia de vida. Y que el último aliento sea una celebración que reciba a los que más lo necesitan.
En pocos días termino de cursar en la facultad. Un cóctel de cansancio, esperanza de lo que vendrá, incertidumbre y amigos del andar en tiempos de estudio se alista para ser bebido y me hace vivir los últimos días como celebración de los últimos: el último día que curso esta materia, el último parcial, el último día de clases, el último mate en el aula y el último día que entro por esa puerta.
Y también, las últimas palabras de este profe que se juega por lo que enseña, las últimas aceptaciones de los sinsentidos de otros profes y las últimas juntadas para estudiar.
Va este corazón con la misma certeza de lo que cantaba Juli:
"Ya sé mirar el río por donde la vida pasa
sin precipitarme ni perder el tiempo
Escucho en el silencio que hay en mí y basta
Otro tiempo comenzó para mí ahora"
...y en el cariño anticipado a lo que vendrá deseo que la última respiración, antes de la muerte, sea en nombre de la coherencia de vida. Y que el último aliento sea una celebración que reciba a los que más lo necesitan.
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