lunes, 16 de julio de 2012

Renacen los abuelos

Es del 22 y es más lo que calla que lo que dice. Pero con tanto paso recorrido dice más el que calla que el que dice.
-Me fui a Buenos Aires. Hablé con tal y tal. Faltaba un papel y tuve que volver. En ese tiempo ir a Bueno Aires era todo un acontecimiento. Finalmente Elsita y yo conseguimos el crédito del hipotecario e hicimos la casa.
Elsita murió hace veinte años, cuando yo era niño y pisaba estos suelos para verla y para ver al señor del 22. Viajar a la casa de los abuelos era viajar a jugar.
Julio del 2012 y yo con 32. Oscar ya cruzó los noventa y la abuela tendría ochenta y siete. Los abuelos están por todas partes. Pinto las rejas y en ellas los veo dibujados. Lustro los pisos y en ellos los veo brillar. Cocino y oigo aquel llamado de la abuela para almorzar. Y escucho el silbido tanguero del abuelo cada vez que recorro la vereda.
Mientras el abuelo atardece, la casa me abraza. Me abraza él y me abraza ella. Mi sangre fluye llena del presente y llena de mi infancia por estos pagos. ¡Es tiempo de callar! ¡Es tiempo de jugar!

2 comentarios:

Juanse dijo...

Siempre creí que mis abuelos no se fueron, sino que están ahí abrazándome en cada lugar de la casa. Nomás que no lo sabía hasta que no lo leí acá.
Me permito compartir con vos algo que escribí sobre mi abuela, espero que no te moleste. http://wp.me/p12SMo-g
Gracias por escribir estas cosas.
Saludos.

agustinfontaine dijo...

Gracias Juanse... me pareció muy bueno lo que escribiste de tu abuela... yo también jugaba a la escoba del 15, y me acordé cuando escribiste!
Gracias por compartirlo.Hablando de abuelos, conocés el texto abuelos, de Galeano... "y uno tiene tantos abuelos..."
abrazo!