martes, 13 de abril de 2010

9 de abril


De los discernimientos que más me van costando en este tiempo, uno es la tensión entre pasado y presente con los amigos. La semana que va terminando estuvo poblada de reclamos de amigos y de amigas que sienten la ausencia y que expresan “ya no es como antes, saludabas siempre para cualquier acontecimiento” ¿Cómo estar en el pasado, querido pasado, nutriente pasado, sin abandonar los amigos de la cotidianeidad, del tiempo presente, del instante donde pasa Dios y anuncia Evangelio a través de las nuevas personas emergentes?

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