jueves, 4 de marzo de 2010

casimuertes

2 de marzo

El frágil hilo del que la vida pende me tiene pensando en estos días de tierra que se mueve. Ese principio de incertidumbre sobre el futuro de nuestra vida es quizá rápidamente olvidado... y nos parece que tenemos vida para rato. La memoria, que cotidianamente olvida, me recuerda las “casimuertes”: cuando era pequeño la dirección hidráulica del Falcon hizo que el auto no doblara en altas cumbres, asomándose al precipicio; cuando volvíamos de Chile y el auto se quedó dentro intentaban hacer magia para pasar entre un auto varado; cuando bajo el pozo de agua veía caer una viga de hierro desde diez metros y no tenía para donde escapara; cuando la Ecosport tocaba bocina y yo en bici preparaba la mejor caída, la mejor muerte, tras el accidente.
Esta memoria que a veces olvida, hoy recuerda a ritmo de Aute: en la fragilidad de lo cotidiano “me bastan solamente dos... o tres segundos... de ternura”

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