sábado, 3 de octubre de 2009

Aquellos todos, aquellos toditos

(viejos escritos, rejuntes de asombros)

Me gustaría que hoy estén, muy dentro de mi, muy cerca de aquí aquellos todos, aquellos toditos que en esta última vuelta de la tierra sobre el sol construyeron mi vida. Y los siento presentes, como mezclados entre la pintura de las paredes que ahora me rodean, como debajo de las sillas, como detrás de los platos.
Aquellos todos, aquellos toditos que cada mañana rezaron conmigo y compartieron el almuerzo.
Aquellos todos, aquellos toditos que viajaron a clase a mi lado, que compartieron la clase, que disfrutaron de un mate en el recreo.
Aquellos todos, aquellos toditos que pensaron distinto que yo y se animaron a decírmelo.
Aquellos todos, aquellos toditos que callaron para dar lugar al silencio que amo.
Aquellos todos, aquellos toditos que desplegaron su vida en un e-mail, en un abrazo, en una sonrisa de paso que se terminó por quedar.
Aquellos todos, aquellos toditos, aquellos del centro, aquellos de la periferia, aquellos ruidosos, aquellos silenciosos caminantes, aquellos prestalibros y aquellos cuentavidas.
Aquellos todos, aquellos toditos, los nadies según Galeano, los justos según Borges, los sin hijo ni árbol ni libro según Silvio.
Aquellos todos, aquellos toditos, los hombres sin historia que hicieron mi historia todo este año, todos estos años, todas estas horas… y cada milésima de hora.
Aquellos y aquellas, estos y esas son quienes niegan lo del “largo trecho”. Feliz me han dicho, feliz me han hecho.
01/07/04 (del festejo de 24 años)

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