martes, 7 de abril de 2009

Un libro que escribí hace años...

Paseando por archivos de cosas escritas recordé mi pequeño librito escrito en el 2005.
Se llama sorteando túnicas. Como se está aburriendo ahí guardado lo subo poco a poco en estos días en el blog... tal vez en internet se sienta más cómodo...
Va así... como lo dejé hace años... sin revisar... cargaré todos los días un poco



Todo comenzó en una misa. Todos bostezamos. Fue una seguidilla de bostezos. Quizá fui yo quien bostecé más que todos. La llave térmica de mi corazón saltó deteniéndolo por un segundo. La cabeza le hizo una pregunta ¿en el momento más importante de la misa bostezas? Y el corazón respondió: será que anoche me acosté tarde, estuve como sorteando túnicas…



Sorteando Túnicas


A mi amigo silencio,
hablante por dentro.



Pórtico

-¿Qué haremos con esta túnica?
-Somos cuatro, pues en cuatro la dividamos –dijo uno.
Como un susurro se oye a lo lejos “perdónalos porque no saben lo que hacen”.
-Podría servir para cubrir nuestras lanzas –propuso el segundo soldado romano.
Como un susurro se oye a lo lejos “perdónalos porque no saben lo que hacen”.
-No es gran cosa, por mí quédensela –opinó el tercero.
Como un susurro se oye a lo lejos “perdónalos porque no saben lo que hacen”.
-¿Y si la sorteamos?
La opinión del cuarto soldado convenció a todos. En el fondo el mismo susurro: “perdónalos porque no saben lo que hacen”.


Así vivíamos los hombres el momento más importante de nuestras vidas: sorteando túnicas. Esta es la historia de cuatro soldados que se sentaron un viernes en torno a una túnica para sortearla mientras esperaban que muera un hombre llamado Jesús, clavado en una cruz. De esos cuatro que por momentos somos seis mil millones, que de a ratos somos el mundo entero. De esos cuatro de los cuales estamos colgados casi todos los habitantes de la tierra.
La historia que pretende contar este relato es un rejunte de historias de hombres que nos damos cuenta que a menudo elegimos sortear túnicas. Tal vez sea mentira esto de que lo pasado pisado. No. Lo pasado vuelve a pasar. Quizá los personajes sean distintos, aunque los trajes… nunca faltará un soldado romano, un Pedro, una multitud que grite crucifíquenlo, unas monedas, una madera donde sea clavado.
Pongo en marcha el sorteo. Quien consiga el primer premio llevará la túnica del mismísimo Jesucristo ¿Alguno de ustedes quisiera comprarme un número?
Agustín Fontaine
Cuaresma de 2004

No hay comentarios: