sábado, 23 de abril de 2011

Hospedabas


(Andares a pedal 3)

Eras para uno o para una... y ese... o esa... entraba justito, conforme al diseño. Pero él, o ella, se las ingenian para que suba uno más, o muchos más.
Un poco más incómodos pero vamos los dos. Ella se sienta en el caño y conduce. Él en el asiento y pedalea. Se sostienen con la confianza, se animan con la mirada.
Se hospedaban mutuamente, y hospedaban a más: rezaban por quien recordaban y por ese señor que no conocían, por el taxista enojado y por la señora que limpia esa vereda, por esa chica de la plaza y por el chico del skate.
Sus corazones hospedaban a quien veían y a quien recordaban. Se llevaban mutuamente, llevaban a muchos... quién sabe hasta dónde.

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