miércoles, 24 de diciembre de 2008

entre muchas... una experiencia de Navidad


Se llamaba Natividad aquella diminuta mujer mamá de un bebé que tuvimos en tránsito. Los médicos decían que en el periodo prenatal había tenido un retraso en la el desarrollo de la inteligencia. Casi sin casa y con siete chicos a cargo, casi sin monedas para viajar las dos horas que separaban su casa de la nuestra. Casi sin datos de cómo llegar. En casa era distinto: casi que no nos faltaba nada... pero mamá estaba hace un mes enferma. Cuando Natividad lo supo se vino nomás.
-A limpiar la casa, me vine. Pobre Eugenia... debe necesitar una mano.

Natividad me hace acordar a esto que vivimos hoy... un amor ilimitado nos visita la casa para darnos una mano... y nos cuenta que se nace cuando se ama... y cuenta también que ese nacer... no muere.

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