viernes, 21 de marzo de 2014

Ni un adiós

La ausente irrumpe
"sangolotea"
simulaba inexistencia
y de pronto ¡zaz!
Otra vez: horas de mareo
y esa torturante desazón
mina el campo de cuanta batalla
queremos dar.
En huelga, los contactores acuerdan:
ese cuerpo, helado, doliente
sabe de aquel poco y nada.

La ausente irrumpe
arrebata.

Pende la vida de un hilo...
con crudeza se se corta
el equilibrio se desintegra
ritmo de fuerza de gravedad
subsume al compañero
sin siquiera un segundo de luz
que acepte adiós...

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