jueves, 11 de abril de 2013

Hikurí


Hikurí suena bellamente cuando es gritado entre montañas que, en eco, repiten y repiten, como trayendo voz de ancestros.

Un poco más al norte, donde América del sur y América del norte pivotean, el Hikurí es la cactácea que se ofrece en el rito sagrado de los huicholes y marca la renovación cosmológica del ciclo de la vida.
Un ciclo ya se ha ido y madrugo cada día con renovada esperanza en la semilla.
Hikurí será tu nombre, pequeña compañera de andares. Llegaste apenas decidí vivir en la tierra de mis abuelos y de mis padres, en ese lugar donde, cuando niño, andar en bici no tenía límites ni horario.
Llegaste, detalle más, detalle menos, igualita a esa bici donde aprendía a rodar (quiero decir: vivir)
Llegaste. Ofrenda. Hikurí, llegaste.

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