martes, 21 de febrero de 2012

Repleto de intemperie

Sentado en la balsa me tiene la vida, como hace tiempo me lleva y entretiene. Pero el corazón anda como rengo de escritura, falto de tinta para que se haga papel el instante que pasó y el sueño que nació. Las palabras no salen y los silencios ven girar lo que nace y lo que muere. Clara no cuenta, Santi calla, y este corazón viajero se siente sin puerto como certeza, en el punto de equilibrio, a la espera de la siguiente paleta sobre el agua que defina tierra adentro o mar profundo.
Con fe en la trama, con mano en remo y toda la mirada puesta en las aguas que corren, fluyen los instantes, repletos de intemperie.

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