martes, 4 de enero de 2011

Treinta en la hamaca

Tiago estuvo en la hamaca de la plaza más de media hora. Tiago tiene treinta, como los minutos que estuvo en la hamaca... y con treinta nadie tiene que estar en la hamaca. Tiago no sabía esa regla y se niega a aprenderla. La gente lo veía y se reía ¿qué hace ese señor en la hamaca?
Cuando le contó a Clara ella supo responder sin ruedo.
-Es que miran de lejos. Ellos no saben mirar el corazón.
Clara supo y lo tranquilizó:
-El corazón joven ama la hamaca. Ella va y viene, acercándose viaje tras viaje al sueño de volar y al vaivén del pasado feliz y del futuro lleno de viento y magia.

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