sábado, 1 de enero de 2011

"Bienviniendo" el 2011

Ya giró en la última curva el colectivo que se lleva esa pila de calendarios del 2010 y ahora sólo podemos verlo de lejos.
"Bienviniendo" el 2011 en el desayuno del 1º de enero no puedo dejar de pensar lo mismo que siempre permanece, como si fuera borra de un café que se acabó: "Dios es capaz de llenar una vida" Ese Dios capaz de llenarla se manifestó de mil maneras en chicos y chicas del andar, en cariños expresados y en ternuras del compartir.
El mismo Dios, si mal no escucho, viene contando que este año me llama a una lucha menos teórica y más comprometida por los más necesitados, intrometiéndome en espacios de amor a la humanidad doliente.

Alza la mirada y reza, este luchador de escritorio que no se ensucia las manos ni se llega a problematizar en el encuentro con el dolor. Alza la mirada y reza, pidiendo a Dios la fuerza para romper el miedo-freno interior.
Dios contesta cantando, como hacen los felices...

"Sin miedo,
Las manos se nos llenan de deseos,
Que no son imposibles ni están lejos,
Si somos como niños,
Sin miedo a la locura, sin miedo a ser feliz.
Sin miedo,
mejor vivir sin miedo"
(Rosana)

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